miércoles, 17 de diciembre de 2014

¡STOP A LA DEGENERACIÓN MACULAR ASOCIADA A LA EDAD!

La labor del Óptico-Optometrista en la detección y el control de la DMAE (Degeneración Macular Asociada a la Edad) es fundamental para garantizar una buena calidad de vida al paciente.

Los años no pasan en balde y nuestros ojos lo saben ya que a ellos, como a la mayor parte del organismo, "le pesan". Y es que existen diversas patologías relacionadas con la salud visual que surgen a medida que envejecemos. Una de las más comunes en nuestra sociedad es la DMAE. Con datos del año 2013, en España el porcentaje de personas mayores de 65 años que la padece es del 13%, mientras que se estima que en total afecta a más de 300 mil personas. Hoy en día es la primera causa de ceguera en los países desarrollados en personas que superan los 55 años; un problema que posiblemente irá a más teniendo en cuenta que la esperanza de vida sigue aumentando. Por estos motivos, es importante detectar la DMAE cuanto antes con el objetivo de controlarla y que no derive en una pérdida de visión irreversible.


Sin origen concreto.
La DMAE es una patología que afecta a la mácula del ojo; es decir, la parte de la retina con la que conseguimos ver los objetos. De ahí que la persona que la padece comience a perder capacidad para realizar tareas en las que se necesita mayor precisión, como coser, leer letras pequeñas, escribir correctamente, etc; el problema es que el afectado lo asume como algo "normal" de la edad y no lo consulta con un profesional sanitario.
Esta enfermedad presenta un origen multifactorial, en el que se considera como principal factor de riesgo la edad, mientras que parece que también está asociada al estrés oxidativo. Además se cree que pueden influir otros aspectos en su desarrollo:
-Ser de raza blanca.
-Tener antecedentes familiares directos de DMAE.
-Ser mujer. Parece ser que tienen el doble de riesgo de desarrollar la enfermedad en comparación con los hombres.
-El tabaquismo aumenta las posibilidades de padecerla.
-La obesidad podría acelerar su desarrollo.
-Padecer otras enfermedades, como las cardiovasculares o la diabetes, podría tener relación.
-La exposición excesiva a los rayos solares.
Teniendo esto en cuenta, las personas mayores de 55 años que presentan, además alguno o varios de estos factores, deben permanecer atentas ante cualquier alteración en su visión.

Nivel de gravedad y desarrollo.
Por otro lado se diferencian dos tipos de DMAE:
-Seca o atrófica: se caracteriza por la pérdida progresiva de la agudeza visual debido a la atrofia de las células de la retina que se estimulan con la luz. Es el tipo que se diagnostica al 85% de las personas con DMAE y es considerado como el tipo más leve.
-Exudativa: se considera más grave porque la pérdida de agudeza visual es más rápida y brusca. Surge al crearse nuevos vasos sanguíneos debajo de la mácula. La padece el 15% de los pacientes con DMAE, quienes en pocos meses experimentan una pérdida de visión importante e irreversible.

Atentos a las señales.
La DMAE se puede considerar una patología "silenciosa" porque no surge con dolor, con molestias o bajo una alteración que se pueda percibir, de ahí que, a las estimaciones del número de afectados diagnosticados haya que sumar todos aquellos que no saben que padecen la enfermedad. Esta falta de diagnóstico se debe a que el paciente no relaciona la pérdida de agudeza visual que está experimentando con la DMAE, le quita importancia alegando que es un problema de la edad y no acude a un profesional sanitario. Esta es una de las razones por las que un gran número de los casos de DMAE son detectados en una revisión cotidiana en el establecimiento sanitario de óptica. La consecuencia de este desconocimiento es que la enfermedad se comience a tratar ya en fases avanzadas. Para no llegar a este punto, no dudes en consultar al Óptico-Optometrista estas alteraciones, ya que este profesional sanitario conoce los síntomas y signos de sospecha de la DMAE:
-No distingues bien la cara de las personas, pero no tienes problemas para desplazarte por tu casa o al bajar escaleras. Esto se debe a que la periferia de la retina está en buenas condiciones, de ahí que muchas personas no asuma que no ve correctamente.
-No te encuentras cómodo al leer, al usar el ordenador ni al conducir porque son actividades que requieren fijar la vista en un punto.
-Percibes las líneas, como pueden ser los marcos de las puertas, ligeramente torcidas.
-Ves una mancha en el centro.
-No distinguir bien los colores también puede ser una señal a tener muy en cuenta.

La labor del Óptico-Optometrista.
Este profesional sanitario es en muchas ocasiones quien detecta la DMAE. Esto es posible porque conoce perfectamente tanto los factores de riesgo de la enfermedad como los síntomas de sospecha, y no sólo los perceptibles de forma superficial, sino también los que se observan a través de un examen de fondo de ojo.
Una vez confirmado el diagnóstico por un oftalmólogo, el Óptico-Optometrista realizará un examen visual completo al paciente para determinar la corrección óptica que necesita y le hará el seguimiento oportuno para detectar cualquier otra alteración.
En la especialidad de baja visión y rehabilitación visual se tratan los casos de DMAE con muy buenos resultados, ya que existen diferentes ayudas para estos pacientes, como son gafas de aumento, gafas prismáticas, lupas, relojes con voz, etc. También se suelen adaptar filtros especiales de corte con los que se reduce la fotofobia y el deslumbramiento.

Te aconsejamos.
Teniendo en cuenta los factores de riesgo de la DMAE, así como su relación con el estrés oxidativo, la enfermedad se puede controlar mejor siguiendo estos consejos:
-Seguir una dieta rica en atioxidantes en la que estén presentes el brócoli, la zanahoria, la uva, la cebolla, los cítricos y el tomate. Tampoco deben faltar los alimentos ricos en ácidos grasos omega 3, como el pescado azul y las nueces.
-Prevenir las enfermedades cardiovasculares controlando la presión arterial y los niveles de colesterol y glucosa en sangre.
-Realizar ejercicio físico de forma habitual.
-El ejercicio y una dieta sana y equilibrada ayudan a controlar el peso, aspecto también importante en la prevención.
-Dejar de fumar.

Prueba delatora.
Resulta muy sencilla, pero puede ser clave para detectar un caso de DMAE. Se trata de la prueba que se realiza con la "Rejilla de Amsler", ya que permite detectar los primeros síntomas de que algo en la zona central de la retina no funciona como debe. No es concluyente porque unos resultados negativos pueden deberse a otros problemas visuales, pero es una señal de sospecha que llevará el profesional a estudiar más a fondo el caso.
Para realizarla se siguen estos pasos:
-Ponerse las gafas que se utilizan cotidianamente, en el caso de que así sea.
-Taparse un ojo (después se realizará tapándose el otro).
-Alejarse de la rejilla unos 35 centímetros.
-Mirar fijamente al punto del centro de la rejilla.

En esta situación, hay que tener en cuenta si se ven las cuatro esquinas del cuadrado, si algunas líneas se perciben torcidas o directamente no se ven. La respuesta afirmativa a alguna de estas preguntas, es señal de sospecha de DMAE.

Salud Visual Nº34
 


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