Imagina que estás hablando frente a una persona cuando, de repente, deja de hablar y mirando detrás de ti abre los ojos de par en par. ¿Cuál sería tu reacción inmediata? ¿Cómo reaccionan tus ojos?
Un nuevo estudio de la Universidad de Toronto demuestra que las expresiones del miedo ayudan a localizar el peligro, tanto para la persona que lo ve como para quien simplemente observa la reacción. Los investigadores han asegurado que las expresiones emotivas tienen su razón de ser. Al asustarse y abrir los ojos, se agranda el campo de visión al mismo tiempo que se señala con la mirada en dónde se encuentra la posible amenaza. Durante un experimento, los científicos encontraron que aquellos participantes cuyos gestos de miedo les ocasionaban abrir los ojos podían discernir mejor elementos de la visión periférica que aquellos partícipes que mantenían expresiones neutras o de asco.
Posteriormente, investigaron los beneficios que las expresiones de ojos abiertos aportaban a quienes las miraban. Encontraron que los partícipes sabían en qué dirección miraban unos ojos conforme se agrandaban. Esto se debe a que al ampliarse los ojos, se logra observar la parte blanca o membrana esclerótica, la cual crea un mayor contraste con el iris. Por lo tanto, resulta sencillo saber hacia dónde miran los ojos. La mirada se vuelve una especie de señal.
Muy interesante.
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