martes, 10 de junio de 2014

LAS VENTANAS HACIA EL MUNDO: ¿LOS OJOS... O EL CEREBRO?

¿Cuántas veces has escuchado que los ojos son las ventanas hacia el mundo? Tus ojos son aberturas por las que penetran millones y millones de estímulos. Sin embargo, y a pesar de que pueda parecer extraño, la visión no se lleva a cabo en los ojos, sino un poquito más arriba; concretamente en el cerebro.

A través de los ojos se cuelan los estímulos visuales que nos rodean, pero el proceso por el que "vemos" se produce en nuestro cerebro. De hecho, tanta es la información que recibimos que sería imposible asimilarlo todo. Por ello, nuestro cerebro opta por algo más eficaz: realiza asociaciones entre los estímulos que le llegan y la información que ya tenemos en nuestra memoria.

Ver no es percibir.
 ¿Somos capaces de ver la realidad tal y como es? Para empezar, ver no es lo mismo que percibir. Todo lo que vemos es el resultado de un proceso físico, pero también de un proceso mental. La realidad no existe tal y como la percibimos. Es decir, existe un mundo lleno de estímulos y nosotros somos capaces de captarlos a través de nuestros sentidos y transformarlos en nuestra realidad. A este proceso se le conoce  como percepción.

¡Cuidado, el cerebro miente!
 Susana Martínez Conde, neurocientífica y directora  del Instituto Barrow (Phoenix, USA) lo tiene claro: "el cerebro inventa la mayor  parte de la realidad", porque a pesar de ser una estructura complejísima, es también muy limitada. De hecho, esta investigadora cree que cualquier cámara de fotos tiene mayor resolución que el ojo humano.  Sin embargo, nuestra visión es mucho más nítida y detallada que la de la mejor cámara. Eso se debe a que no nos basamos sólo en la información que registramos. "El cerebro está analizando puntos de información crítica de la escena que nos rodea, los que tienen mayor contenido de información". Pero quedan muchos huecos que rellena mediante un proceso activo de construcción de nuestra percepción visual que se  corresponde bastante bien con la realidad, pero no perfectamente. Y "cuando no se corresponde bien, hablamos de ilusiones". Es decir, inventamos la realidad.

En el fondo, el cerebro filtra y se centra en la informción mínima necesaria para realizar el proceso de ver y después rellena los huecos que necesita para interpretar esa información utilizando lo que ya conoce del mundo que le rodea.

Fundación Salud Visual nº31

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