jueves, 24 de julio de 2014

¿OÍDOS A REMOJO? CONSIGUE PREVENIR LA OTITIS.

 Se trata de un problema muy común de la época estival debido a la excesiva entrada de agua y productos químicos en el conducto auditivo.

 Seguro que ya te habrás dado el primero de los muchos baños que te vas a dar este año en la piscina o en la playa. Esta práctica tan común en esta época puede ser el origen de una infección en nuestros oídos conocida como otitis.

Partes del oído.
 Antes de saber dónde y por qué surge una otitis, para entenderlo hay que conocer la estructura del oído. Sin adentrarnos demasiado en el tema, se puede indicar que el oído externo está formado por la oreja (pabellón auricular) y el conducto auditivo externo. Este conducto se localiza entre la oreja y el tímpano, y está recubierto de la piel que se prolonga de la oreja. Debido a que esta parte de piel se encuentra en una cavidad práticamente cerrada y que se limpia con dificultad, le hace más vulnerable ante la entrada de agua y agentes externos.
¿Dónde surge?
 Cuando se diagnostica un caso de otitis lo que se indica es que existe una infección en el oído. Partiendo de este punto se pueden diferenciar diferentes tipos dependiendo de la parte del oído afectado. Cuando la infección se encuentra en el conducto auditivo externo se trata de una otitis externa, que también se conoce como otitis de las piscinas o del nadador; mientras que si el problema se sitúa en el oído medio (justo detrás del tímpano) hablamos de una otitis media. Por otro lado, si se presenta de forma súbita y dura sólo unos días se trata de una otitis aguda, y se clasifica como crónica si aparece de forma repetitiva en un largo periodo de tiempo.

Más casos en verano.
 La otitis externa puede surgir como consecuencia de una alergia, un eczema, o una herida al manipular la zona de forma incorrecta, así como por la acción de bacterias u hongos. Sin embargo, el principal origen se encuentra en la maceración de la piel del conducto auditivo externo cuando hay un exceso de humedad en la zona. Es por esta razón por la que en verano hay más casos de otitis, aunque también la pueden padecer durante el resto del año quienes practican natación u otros deportes y actividades que conllevan meter la cabeza debajo del agua de forma continua.
  Si los baños se realizan en ríos, mar, estanques o piscinas mal tratadas, las posibilidades de que se produzca la infección aumentan. Del mismo modo, si en los oídos hay un exceso de cerumen es más fácil que el agua se quede estancada en el conducto auditivo y, por tanto, que surja la infección.

 ¡Que no te arruine el verano!
 Para evitar una infección en el oído:
-Evita la formación de tapones acudiendo con regularidad al otorrinolaringólogo para que los limpie.
-Intenta que los oídos no permanezcan húmedos. Puedes secarlos ayudándote de una toalla (sólo para secar la zona externa) y con un secador de pelo que expulse aire a temperatura ambiente.
-No introduzcas en el oído ningún objeto, incluidos los bastoncillos, porque puedes provocar una lesión. Tampoco se recomienda el rascado, y en el caso de que se haga, siempre con las manos limpias.
-La higiene excesiva tampoco es buena porque elimina el manto protector de la piel.
-Si se presenta alguna anomalía anatómica en el oído o alguna afección como es una perforación timpánica, se recomienda el uso de tapones de oídos para el baño. Actualmente ya te pueden diseñar tapones de silicona a medida para que sean aún más eficaces.

¿Sabías que...?
 El exceso de cloro que hay en algunas piscinas favorece la eliminación del cerumen protector, lo que altera la piel del conducto auditivo y aumenta las posibilidades del sufrir una otitis.

Señales que la delatan.
 Sospechar que se padece una otitis no es complicado, ya que sus síntomas son fácilmente perceptibles porque es una afección bastante dolorosa, que incluso molesta al masticar o al tirar de la oreja. Además provoca estos síntomas:
-Picor excesivo del oído.
-Sensación de que se tiene algo en el conducto auditivo.
-En algunos casos puede supurar el oído.
-Pérdida de audición debido a la inflamación.

 Ante alguno de estos problemas se debe acudir al médico porque detrás de ellos también puede haber otras enfermedades.
 Por otro lado, nunca se debe tratar la afección por cuenta propia, intentando quitar un posible tapón o limpiando la zona, porque se puede hacer de forma inadecuada y empeorar la situación.


Saludvisual Nº 32

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