lunes, 7 de julio de 2014

LA QUERATITIS.

Se trata de un problema en la córnea que, dependiendo de su causa, puede dar lugar a una infección. Te explicamos cómo se puede evitar.

 La córnea, es decir, el tejido que tiene forma de cúpula y que se sitúa en la parte frontal de nuestro ojo cubriendo la pupila y el iris, puede inflamarse por diferentes motivos, problema que se denomina queratitis.


 La causa de la queratitis puede dar lugar a una infección o no. En concreto, cuando no se produce infección, la inflamación puede deberse a una pequeña lesión como consecuencia del uso excesivo de lentes de contacto, por un leve golpe o por un rasguño al rascarnos el ojo. Sin embargo, cuando la queratitis surge con infección el origen se encuentra en la acción de bacterias, virus, hongos o parásitos. Estos agentes tienen más probabilidades de afectar al ojo si existe una lesión previa en la córnea, por lo que una queratitis sin infección puede derivar en una con infección si no es tratada adecuadamente.

 Los agentes externos que dan lugar a una queratitis por infección pueden encontrarse en una lente de contacto, especialmente el parásito Acanthamoeba, y ser el origen del problema de la córnea. Esta es una de las razones por la que es tan importante mantener en buen estado las lentes de contacto, limpiarlas con los productos adecuados y no manipularlas con las manos sucias. Por otro lado, en el agua del mar, de los rios, o incluso de las piscinas pueden encontrarse bacterias y hongos que fácilmente entran en contacto con el ojo. Sin embargo, si la córnea no presenta ninguna lesión por la que puedan entrar estos agentes, el riesgo de sufrir una queratitis infecciosa es bajo.

 Aunque pueden confundirse con los síntomas de otros problemas en los ojos, si se presenta alguno de estos se debe acudir al médico para descartar una queratitis, o por el contrario tratarla adecuadamente, ya que un retraso en su cura puede provocar otros problemas más graves. Los síntomas más comunes son:
  -Dolor en los ojos y enrojecimiento.
 -Exceso de lágrimas.
 -Problemas para abrir el párpado debido a las molestias en el ojo.
 -Visión borrosa y sensibilidad a la luz.
 -Picor, ardor o sensación de que hay algo dentro del ojo.
 -Hinchazón en la zona que bordea el ojo.

Hay que tener especial cuidado si...
 -Tomas ciertos medicamentos o padeces alguna enfermedad que puede reducir la protección del sistema inmunológico, como es la diabetes.
 -Permaneces en un lugar donde el clima es cálido y húmedo porque es un ambiente que favorece la propagación de bacterias y hongos.
 -Te tienes que administrar gotas de corticosteroides en el ojo.
 -Tuviste una lesión en la córnea porque es más vulnerable.
 

Para prevenir la queratitis puedes seguir estos pasos:
 -Sigue al pie de la letra las indicaciones del Óptico-Optometrista sobre la limpieza y mantenimiento de las lentes de contacto.
 -Utiliza sólo productos estériles elaborados específicamente para el cuidado de las lentes de contacto.
 -Cambia el estuche de las lentes de contacto antes de los seis meses de uso.
 -Si tienes alguna úlcera o ampolla de herpes, intenta tocarte los ojos lo menos posible, y siempre con las manos limpias.
 -En el caso de que hayas padecido varios episodios de queratitis, es posible que debas interrumpir el uso de lentes de contacto. Pregúntale a tu Óptico-Optometrista.

 Para diagnosticar una queratitis, el Óptico-Optometrista realizará un examen general del ojo que, aunque puede ser algo incómodo, es fundamental realizarlo adecuadamente para valorar la afección.
 Por otro lado, también se examinará el ojo con una lámpara de hendidura para observar perfectamente la córnea, el iris y el cristalino con el objetivo de detectar un daño en alguna de las estructuras del ojo.
 Por último se puede obtener una muestra de las lágrimas o de las células del ojo para que sean analizadas en el laboratorio y así saber la causa concreta de la queratitis, y tratarla adecuadamente, ya que varía dependiendo de su origen.
 Cuando no hay infección, el problema suele tratarse con medicamentos tópicos oculares; sin embargo, cuando hay infección puede ser necesario desde el uso de gotas oftálmicas de antimicrobianos, antibióticos orales, medicamentos antimicóticos hasta antivirales.

Saludvisual Nº32



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