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viernes, 21 de noviembre de 2014

CAMBIO DE ESTACIÓN ¡CAMBIO DE GAFAS!

Ten en cuenta los motivos que te damos para valorar si es buen momento para cambiar tus gafas, no por capricho, sino por necesidad.

Ya ha pasado un tiempo desde que volviste de vacaciones, por lo que has tenido un buen margen para adaptarte de nuevo a las tareas cotidianas y al trabajo. En estos días en los que has tenido que volver a poner tus cinco sentidos para dar lo máximo de ti, quizás hayas notado que uno de ellos no te responde como debería. Nos referimos a la vista. Y es que quizás estés notando que al final de la jornada laboral te duele la cabeza, no lees la letra pequeña de los documentos tan bien como antes o no te encuentras totalmente cómodo al volante. Estas alteraciones pueden deberse a que tus gafas necesitan una "puesta a punto" o directamente tienes que cambiarlas porque por sus características no son capaces de compensar tu defecto refractivo.

No estás cómodo.
Cuando nos detectan un defecto refractivo, como es la miopía, la hipermetropía, el astigmatismo o la presbicia, debemos tener en cuenta que puede no avanzar, pero también es posible que vaya a más con el paso del tiempo, algo bastante común entre niños y adolescentes debido al proceso de crecimiento. Por este motivo, cuando se indica el uso de unas gafas para compensar dichos defectos, el Óptico-Optometrista recomienda al afectado que acuda a una nueva revisión al cabo de seis meses, ya que si el problema ha aumentado y no se está usando la lente adecuada, el defecto tiende a empeorar. En este momento puede que el profesional sanitario compruebe que es necesario usar otro tipo de lente y, en ciertas ocasiones, haya que cambiar de gafas.
Aunque es muy probable que tú mismo notes que con tus gafas no ves bien, es mejor no esperar llegar a este momento por el bien de tu salud visual. Piensa que siempre será más fácil hacer pequeñas modificaciones que resolver un problema mayor.

También envejecen.
Por muy bien que cuides tus gafas, ten en cuenta que es un objeto que usas constantemente y a diario, sin mencionar los golpes y el mal uso (ponerlas como diadema, morder la varilla, guardarlas en el bolso sin la funda) que muchos despistados llevan a cabo.
Lo cierto es que hoy en día los materiales con los que se diseñan las gafas son muy resistentes y de alta durabilidad, pero hay ocasiones en las que no queda más remedio que cambiarlas. Las varillas no siempre se pueden reparar o, por diferentes motivos, el modelo ya no se ajusta debidamente al rostro. Si la montura ha perdido color, está desgastada o tiene una pequeña rotura y es necesario renovarlas, seguramente también tendras que adquirir unas lentes nuevas porque las viejas no se pueden adaptar a la montura elegida.

Nuevas necesidades.
Suele ocurrir que por necesidad o comodidad, aunque tu graduación no varíe, quieras cambiar la lente de tus gafas, y éstas no pueden adaptarse a las que ya tienes. Esto se da cuando quieres unas gafas de sol graduadas, unas lentes fotocromáticas o has decidido usar unas lentes progresivas. En estos casos es prácticamente inevitable el cambio completo de gafas.

Otros gustos.
Es la razón menos relacionada con la salud, pero que tiene mucho peso para la mayoría de las personas, sobre todo para quienes no se separan de sus gafas. Que el diseño de la montura vaya bien con los rasgos del rostro es fundamental para que la persona se encuentre cómoda y segura con sus gafas. Por otro lado, en el mundo de la óptica también manda la moda y las tendencias, por lo que es posible que el modelo que te compraste hace un par de años ya no te guste tanto y prefieras el último presentado por tu marca preferida. En tal caso, déjate asesorar por un Óptico-Optometrista porque no siempre lo más bonito es lo mejor para todos. 

Salud Visual Nº 34  

jueves, 14 de agosto de 2014

ALTERACIÓN BINOCULAR.

Este problema surge cuando los ojos no son capaces de trabajar de forma sincronizada.

El ser humano tiene la capacidad de ver todo aquello que le rodea en tres dimensiones, lo que le permite calcular la distancia que le separa en relación con los objetos, situarse en el espacio y saber donde colocarse ante un obstáculo, entre otras cosas.
Para que esto sea así es necesario que los ojos actúen de forma sincronizada, algo que es posible cuando tienen la misma visión y pueden enfocar, esto se consigue gracias a la acción de los seis músculos que mueven cada ojo. Estos trabajan de forma conjunta y hacen que el cerebro reciba la señal para crear una imagen única. Si este proceso se realiza correctamente tendremos una buena visión binocular.
No trabajan igual.
Hay personas que por diferentes motivos presentan alguna anomalía en la visión binocular, lo que conlleva una peor coordinación motora o sensorial de los ojos, es decir, impide que ambos ojos trabajen de forma conjunta dirigiendo la mirada a un punto determinado, lo que se conoce como convergencia. De ahí que se puede diferenciar entre:
-Exceso de convergencia.
-Insuficiencia de convergencia.
-Visión binocular ineficaz(problemas para mantener la convergencia).
Sea cual sea la anomalía, todas están asociadas con problemas acomodativos.
Una solución para cada caso.
No se puede establecer un tratamiento común para todas las alteraciones binoculares, ya que será el Óptico-Optometrista el que lo determine tras hacer un estudio al paciente. Sin embargo, de manera general se suelen indicar los siguientes:
-Insuficiencia de convergencia: Entrenamiento visual específico, y/o el uso de gafas con lentes especiales que son capaces de realizar la función binocular.
-Exceso de convergencia: Se suele indicar el uso de gafas, lentes de contacto y/o seguir un tratamiento visual que compense el exceso de convergencia. También es común dar ciertas recomendaciones para que el paciente las siga en su día a día relacionadas con la iluminación, posturas al leer y escribir, etc...
-Visión binocular ineficaz: El tratamiento se centra en fortalecer las habilidades binoculares por medio del uso de unas gafas o lentes de contacto complementado con un entrenamiento visual.

Déjale que esté en el suelo.
Estas anomalías se pueden y se deben detectar en edades tempranas.
Según estudios científicos parece ser que algunos casos de anomalías de visión binocular podrían estar relacionados con un inadecuado desarrollo durante la infancia. En concreto lo relacionan con el hecho de que el niño no gatee debido al uso del "taca taca", entre otros objetos, que obligan al pequeño a estar en una posición erguida antes de tiempo. Esto conlleva que no tenga libertad para moverse y desplazarse por el suelo, dando lugar a una falta de conocimiento del entorno. A no ser que el niño tenga un problema, por sí sólo se irá levantando, así que por su bien es mejor no obligarle a que adopte una posición que no es normal para su edad.


Saludvisual Nº33
 


miércoles, 13 de agosto de 2014

¿CANSADO DE VERTE SIEMPRE IGUAL? ¡CAMBIA TU MONTURA!

Cambiar el diseño de la montura de tus gafas puede suponer una mejora estética, pero también ten en cuenta tus necesidades para elegir la mejor opción.


Aunque en tu última revisión tu Óptico-Optometrista te haya dicho que tienes bien graduadas tus lentes, quizás ya estás un poco cansado de verte siempre con las mismas gafas. Si es así, ha llegado la hora de cambiar tu montura. Cada temporada aparecen modelos nuevos, de diferentes materiales, y para todo tipo de necesidades, formas de rostro y gustos. Sólo tienes que probar y elegir la que mejor te sienta. Para ello, te damos unas claves para que te resulte más fácil quedarte con la más apropiada para ti.

El material que se adapta a ti.
Debes pedir asesoramiento a tu Óptico-Optometrista para saber qué material es el más adecuado dependiendo de tu defecto visual y del uso que vayas a darle a las gafas. Entre las diferentes opciones te puede recomendar:
-Metal: se suelen utilizar para gafas de baja o media graduación. Son tan resistentes como las de plástico y acetato, pero estéticamente son menos visibles por lo que son perfectas para quienes quieren que pasen desapercibidas.
-Plástico y acetato: todo el mundo notará que las llevas puestas porque son monturas más gruesas, lo que hace que aparentemente parezcan más resistentes que las metálicas. En este caso permiten adaptar lentes de alta graduación. Las puedes encontrar en multitud de colores y formas.
-Fibra de carbono: presentan una gran resistencia mecánica y térmica, y pesan muy poco, sin embargo no son muy elásticas y su gama de colores es reducida. Por ahora no se demandan demasiado.
-Titanio: presenta muchas ventajas frente a otros materiales porque es antialérgico (no contiene niquel), pesan casi la mitad que las gafas convencionales, y es muy resistente por ello se utiliza en las gafas destinadas a la práctica deportiva. Todas estas virtudes dan lugar a un "pero", las monturas de titanio son un poco más caras que el resto, pero a muchas personas les merece la pena.
-Doublé: es un material en el que se coloca una capa de oro sobre el núcleo mediante una manipulación muy precisa para no dañar la capa de oro. Es de muy buena calidad, no se crean poros ni fisuras, por lo que no se oxidan de forma prematura y son muy resistentes.

Por tu tipo de cara.
Lo cierto es que, independientemente del tipo de cara que tengas, hasta que no te pruebas las gafas, no puedes decir si te gustan o no. Además, puede que por alguna razón no te convenzan aquellas que se suponen que van mejor con la forma de tu rostro. Aún así, te damos algunas pistas de las que te pueden ir mejor:
-Rostro ovalado: según los expertos, a este tipo de cara le sienta bien cualquier montura porque suelen presentar medidas armoniosas entre la parte superior e inferior. Eso sí, hay que elegir las que tengan las medidas apropiadas a la dimensión de la cara.
-Rostro redondo: se caracteriza por una barbilla y mejillas redondeadas. Para romper con esta forma se recomiendan las gafas angulosas o rectas. A la mayoría les favorece que se prolonguen hacia la sien, así como los colores negros y marrones oscuros para alargar el rostro.
-Rostro cuadrado: el canon es de frente ancha con mandíbula cuadrada. En este caso se debe elegir todo lo contrario, es decir, montura tirando a formas redondeadas y grandes. También se recomienda con las varillas altas para separar las sienes de la nariz.
-Rostro triangular: es más ancho por la parte de la frente que por la mandíbula. En este caso son adecuadas tanto las gafas redondas como rectangulares, pero se debe evitar que sean más grandes por arriba.

Tus necesidades visuales.
Dependiendo del tipo de lente que necesites debido al error refractivo que tengas, así como del número de dioptrías que presentes, el aspecto de la lente es diferente. Y es que cuantas más dioptrías se tenga, mayor es el efecto estético que produce la lente provocando un aumento o una disminución del tamaño del ojo. En concreto:
-Las lentes que corrigen la hipermetropía aumentan el tamaño del ojo.
-Las lentes que corrigen la miopía disminuyen el tamaño del ojo.
-Las lentes que corrigen el astigmatismo no cambian la percepción del tamaño del ojo.

La Fundación Salud Visual, Desarrollo Optométrico y Audilógico aconseja que consultes a un Óptico-Optometrista para que te ayude a elegir la montura que más te conviene.

Saludvisual Nº 33

lunes, 11 de agosto de 2014

TERAPIA VISUAL: TUS OJOS TAMBIÉN PUEDEN EJERCITARSE.

Con esta terapia es posible mejorar ciertas capacidades visuales que no se corrigen con el uso de lentes o por medio de cirugía.

Ante un defecto refractivo disponemos de lentes graduadas según nuestras necesidades, o podemos recurrir a la cirugía ocular para modificar una alteración en la anatomía del ojo o en los músculos que le rodean. Son soluciones muy eficaces en la gran mayoría de los casos, pero ante otros problemas resulta más adecuado "entrenar" al sistema visual para que por sí solo corrija el problema que tiene. Esto se consigue mediante la terapia visual, ¿sabes en qué consiste?

"Entrenamiento" completo.
Para poder ver correctamente no sólo necesitamos que nuestro ojos se encuentren en "plena forma", ya que el cerebro juega un papel fundamental, de hecho se puede decir  que los ojos son una extensión física del cerebro. De la misma forma, para ver bien también necesitamos entender e interpretar la información que nos llega a través de ellos, por lo que necesitamos algo más que una buena agudeza visual.
Es por ello que ante ciertos problemas visuales necesitamos algo más que unas gafas o lentes de contacto, aquí es donde entra en escena la terapia visual. Se trata de un programa personalizado de actividades, ya que es diseñado y supervisado por un Óptico-Optometrista, que tiene como objetivo corregir ciertos problemas o mejorar las habilidades visuales por sí mismo. Con dichos ejercicios es posible mejorar tanto la capacidad de los ojos como de las áreas del cerebro que controlan la visión.

¿En qué consiste?
Por regla general, la terapia visual se divide en dos partes, una más mecánica diseñada con ejercicios que los pacientes pueden realizar en casa a diario, durante 10 ó 15 minutos. La otra parte se basa en el aprendizaje y automatización de las habilidades entrenadas, la cual se debe realizar bajo la supervisión de un Óptico-Optometrista. Para su desarrollo, el profesional puede usar lentes correctoras y terapéuticas, prismas, filtros ópticos, oclusores o parches oculares, dispositivos electrónicos, programas informativos o diferentes dispositivos de entrenamiento de la integración visual, motora y sensitiva.

¿Sabias qué...?
La terapia visual resulta muy efectiva en niños, especialmente en problemas relacionados con la visión binocular que les puede afectar negativamente en el aprendizaje, la concentración, la lectura y la escritura.

¿Me vendrá bien?
Si presentas alguno de estos problemas, tu Óptico-Optometrista puede indicarte seguir una terapia visual:
-Ambliopía y ojo vago.
-Estrabismo, en concreto para tratar una forma intermitente conocida como insuficiencia de convergencia(incapacidad para mantener los ojos alineados al leer).
-Disfunciones en el movimiento ocular.
-Otras alteraciones en la visión binocular como las forias (problemas leves de alineamiento ocular que pueden ocasonar fatiga ocular al leer).

Grandes resultados.
Aunque como pasa con la mayoría de los tratamientos, los resultados dependen de cada persona, del problema que presenten y de la constancia en la terapia, lo cierto es que algunos pacientes obtienen grandes resultados, entre los que se encuentran el leer más rápido y con mayor grado de comprensión, notan que son más eficaces en el trabajo, y algo que para muchos es fundamental, apenas tienen dolores de cabeza. En concreto, se han observado mejoras en las siguientes habilidades:
-Alineación ocular: fundamental para no recibir la información visual distorsionada.
-Fijación: capacidad de mantener la visión en un punto sin que cause un gran esfuerzo.
-Agudeza de cerca: necesaria para leer, escribir, entre otras muchas acciones.
-Variación en el enfoque de cerca a lejos y al contrario: facilita ver sin distorsión a cualquier distancia, y poder retener la imagen.
-Coordinación ocular: básico para que ambos ojos trabajen a la par, y puedan transmitir al cerebro la imagen que perciben como una sola.
-Percepción de profundidad: clave para la visión en tres dimensiones, algo necesario al conducir, practicar deporte y coordinar ojo-mano.
-Visión periférica o lateral: necesaria para ubicarnos en el espacio.
-Memoria visual: una gran ayuda para recordar lo que hemos visto con anterioridad.
-Percepción y discriminación: favorece la capacidad de ver pequeños detalles rápidamente y con precisión. Cuando esta capacidad no está bien desarrollada podemos tener problemas para percibir letras con apariencia similar, por ejemplo.
-La integración y el funcionamiento conjunto de las habilidades de enfoque, fijación, fusión, visión periférica y simultaneidad ocular, el procesamiento mental en la lectura, la compresión o la memorización, y la coordinación con el resto de los sentidos.

Saludvisual Nº33